-Hacer una tortilla del modo tradicional (la que nos guste). De patata, con pimientos, de bacalao, espárragos... y suprimir los huevos por harina de garbanzo y agua.
- La harina de garbanzo, se hace moliendo garbanzos de los que tenemos en casa, en cualquier robot de cocina que se preste para ello (yo utilizo la Thermomix). Tambien se encuentra en centros de dietética, pero creo que es bastante cara, y es una pena que no tengamos nuestra propia despensa, con cosas lo más "caseras" posibles.
- En el momento de incorporar los huevos a la tortilla, se mezcla harina de garbanzos y agua. La proporción suele ser de 1 cucharada de harina de garbanzo por 3 de agua (llevará más o menos cantidad, dependiendo de la cantidad de patatas que hayamos empleado). La consistencia tiene que ser parecida a la del huevo.
- Una vez bien mezclados el agua y harina, proceder al cuajado de la tortilla de la forma tradicional. Pero al ser la harina más dura que el huevo, tardará un poquito más en hacerse. Es conveniente mover un poco la sartén, para ver que "resbala" con facilidad. Es el momento de darle la vuelta, y dorarla por la otra cara.
- La harina de garbanzo también es estupenda para rebozar los pescados, pues quedan crujientes y deliciosos. Yo procuro dejar este tipo de harina no demasiado molido, pues me gusta encontrar el "crujiente" en las frituras, pero eso ya, depende de los gustos.
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